Con bombos y platillos los medios que responden al gobernador Ignacio Torres, reproducen una nota de Ámbito Financiero sobre el ingreso del primer proyecto de inversión chino que se inscribe en el RIGI, (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) en el desarrollo de un parque eólico en la zona de El Escorial con una potencia plena prevista de 200 MW y un desembolso de aproximadamente 365 millones de dólares. Como sucede con cada obra donde el gobierno tiene gran interés de lograr consenso y entusiasmo por parte de la población, el Secretario de Infraestructura y Energía de Chubut, Nicolás Cittadini, se encargó de difundir que podrá proveer el 80% del consumo provincial y hasta adelantó que Chubut podrá proveer de energía al resto del país.

Claro, como la provincia está muy atrasada en materia de energización en el interior, para el desarrollo eólico el funcionario indicó que se necesitará la construcción de una línea de transmisión que conecte a 10 pueblos, como mínimo y ellos impone otra inversión de magnitud importante.

Probemos y si funciona… ¿Por qué no?

De esta manera el Gobernador que en principio era un detractor de las políticas libertarias y del RIGI, específicamente, saldó su cuenta personal con la LLA y ahora encuentra los beneficios de pertenecer, a través de la llegada de capitales extranjeros, que según los detractores, tiene tantos beneficios al invertir, que los capitales argentinos corren con una desventaja evidente.

En los corredores político de la provincia, señalan que el parque eólico es solo una “prueba testigo” para lograr un “triunfo político” que le ayude al gobernador Torre sostener que su visión (y decisión de apoyar la ley) ha sido la adecuada y esto traerá grandes beneficios para la población del Chubut profundo.

La electrificación de ese interior, por ejemplo, es una larga esperanza acariciada por muchos habitantes que aún hoy se siguen alumbrando con generadores a gas oil o a gas, pero también, sostienen quienes no le creen todo lo que dice al Gobernador, prepara la infraestructura necesaria para que ingresen otras “inversiones” dentro del RIGI, como, por ejemplo, la explotación del uranio y/o la megaminería en el macizo central, algo que el gobernador se encargó de negar a los cuatro vientos, pero si puede coronar con éxito el parque eólico, es posible que pueda “hacer entender” a los pueblos chubutenses del interior, que si se deciden a dar ese paso y derribar mitos e intereses sectoriales, la provincia dejará de tener las necesidades por las que hoy transcurre.

Claro, ese mensaje los pueblo de Chubut lo contrastan mirando a los pueblos vecinos de Santa Cruz y ahí, el relato oficial, se cae por sí mismo; por eso y no por otra cosa, el gobernador se encargó de dejar aclarado que “minería no”, al momento de firmar el RIGI. Ahora que pasó el primer escollo, va por la demostración de “se puede” y la tercera etapa será explicarle a la gente de Chubut, que esto es solo el inicio y la explotación de los recursos naturales es una gran opción a la que debemos acceder, tratando de sepultar el contradiscurso de quienes explican cómo el RIGI genera ventajas comparativas inigualable para quienes “quieran llevarse todos los recursos” (incluyendo el agua) a precio vil y sin mayores contratiempos.

Gentileza: OPI