Se repite hasta el cansancio que la salida de la petrolera que tiene un 51% de participación estatal no será traumática. Como una sencillez, tan obvia como seria cerrar una puerta y abrir otra y mágicamente todo seguirá igual.

Nadie hasta ahora a dado la claridad de un mensaje de los tiempos que se demandara en este proceso, en el cual nada es automático demandando tiempos de cambio entre salientes y entrantes.

Al ser las provincias las poseedoras del recurso, se deberá hacer una licitación y o concesión con oferentes varios es de suponer y con planes de inversión en cada caso.

Los que seguramente deben ser analizados a conciencia por esas autoridades insumiendo tiempo que el trabajador petrolero desconoce y no posee, llevando esto a una incertidumbre gigante.

Todos los dirigentes sindicales pregonan que actuaran en defensa de las fuentes laborales, casi una obviedad ya que es su «trabajo» o «misión» y para la que fueron electos y no es nada más ni nada menos que cumplir con la manda recibida.

A nuestro entender se vivirán momentos muy complicados en la región de la Cuenca Golfo San Jorge donde el quebranto económico golpeara fuerte en todos los aspectos comercios, industrias, y trabajadores de todos los rubros. Mas cuando el monocultivo predominante el Petróleo es lo que esta transformándose.

Seremos todos testigos y protagonistas en mayor o menor grado de lo que se avecina. Y que la región ya lo vivió en los años del gobierno de Carlos  Menem.