Hasta las 20 Comodoro y Rada Tilly habían tenido un sábado atípico; escaso en circulación de gente y de automóviles. Y no por la veda electoral, si no por el temporal que no invitaba a asomar la nariz. Además, la falta de energía eléctrica hizo que varios comerciantes cerraran sus puertas, aunque algunos –sobre todo los dedicados al rubro alimenticio- atendían ayudados por generadores o las eternas y nunca bien ponderadas velas.

Poco después de las 10 de este sábado se produjo el corte masivo de energía eléctrica. Fue cuando el viento comenzaba a soplar con mayor intensidad. De inmediato, un aviso impersonal con una voz femenina castiza daba cuenta desde la SCPL de la interrupción que afectaría a todo Comodoro y Rada Tilly durante el sábado. Sin lugar para los reclamos.

En paralelo, quienes salieron de sus casas pudieron tener una idea más acabada de lo que ocurría. Mientras los semáforos dejaban de funcionar, empezaban a volar chapas, cartones, carteles, ramas de árboles, piedras, arena y vidrios. Los peatones llevaban las de perder si no estaban atentos. En ese contexto, cruzar alguna bocacalle era extremadamente riesgoso porque la fuerza del viento doblaba las piernas y algunos cedían.

Mientras tanto, empezaban a viralizarse inéditas imágenes para este siglo en la región, con edificios céntricos a los que se les destrozaron ventanales; cables de toda índole cruzando calles e interrumpiendo el raleado tránsito; algunos confiando en que aparezca un taxi guarecidos en garitas y poca, muy poca gente circulando.

Sin energía hasta que esto se escribe (20.00), el centro luce a oscuras y con algunos policías en esquinas velando que nada más ocurra. Algunos perros callejeros les hacen compañía. Se puede ver cuadrillas intentando reparar algo entre ráfaga y ráfaga. La mayoría de los comerciantes optó por cerrar, aunque algunos atendían ayudados por las siempre útiles velas.

Gentiles: Diario El Patagonico