The Economist, como otros medios internacionales, también informó sobre las protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera, iniciadas por el alza del pasaje de Metro y que ahora cuestionan todo el modelo económico instaurado en la dictadura y consolidado en los gobiernos de la Concertación.

«Las prácticas que sustentan la prosperidad no son populares (…) La violencia ha impactado a muchos chilenos. Su país es uno de los más prósperos y pacíficos de América del Sur. Ahora ha sufrido el tipo de agitación que ocurrió recientemente en Ecuador, un país mucho más pobre, cuando su gobierno aumentó los precios del combustible para cumplir con los términos de un acuerdo con el FMI (también cedió)», afirmó la publicación.

El medio aseguró que «la respuesta del gobierno fue inepta» y recordó la propuesta del ministro de Economía, Juan Fontaine, quien ante el alza de la tarifa invitó a la gente a madrugar para aprovechar el horario más barato.

Pero The Economist reconoce que los chilenos «no sólo están enojados por el precio del transporte». «Pagan un montón por el sistema de salud y generalmente tienen que esperar largos períodos para ver un doctor. La educación pública es pobre. Las pensiones, manejadas por firmas privadas bajo un sistema establecido por el régimen de Pinochet, son bajas. La creciente inequidad aviva el enojo. En 2017, los ingresos del decil más rico fue 39,1 veces más alto que el del decil más pobre, de acuerdo con una encuesta del Ministerio de Desarrollo Social. Eso es un alza desde las 30,8 veces en 2006. La mitad de los chilenos ganan menos de $400.000 al mes. Y, encima de todo eso, viene el alza de los pasajes del que ya es una de las ciudades más caras de América del Sur. Luego del aumento de tarifas, el costo del transporte puede llegar a $32.000 al mes».

«Piñera hasta ahora ha fallado en generar una empuje económico notable, una de sus principales promesas de campaña. El crecimiento anual fue de solo 1,9% en el segundo trimestre de 2019. Sin una mayoría en el congreso. Piñera ha sido lento en lograr reformas de pensiones y tributarias, haciendo que el gobierno se vea como ineficiente», agregó.

Fuente: The Economist