En la Casa Rosada no creen poder frenar los planes de los gobernadores, pero miran de reojo a la Provincia de Buenos Aires, donde la oposición impulsa un proyecto en ese sentido. Por ahora, consideran que el kirchnerismo no tiene incentivos para adelantar las fechas, pero asoman las dudas en el marco de la interna.

Alberto Fernández está resignado ante el plan de desdoblamiento de elecciones en la mayor parte de las provincias. Los gobernadores pueden adelantar la fecha de los comicios para salvar sus propios proyectos y, luego de que varios expresaran que están decididos, el Presidente no ve posibilidades de frenarlos. Pero la situación es distinta en Buenos Aires, donde un “desenganche” perjudicaría seriamente sus planes de presentarse para la reelección. Sus aliados creen que las intenciones opositoras y de algunos referentes propios no prosperarán, pero en el marco de la fuerte interna, hay dudas sobre la agenda silenciosa de Axel Kicillof y Máximo Kirchner, los dirigentes locales de mayor peso que responden a Cristina Kirchner.

Los gobernadores del interior ya avisaron que están decididos aprovincializar las carreras proselitistas. Se cortarán de la pelea nacional para evitar perder votos, sobre todo en caso de que se mantengan bajos los niveles de aprobación del Gobierno en la opinión pública. En la Casa Rosada hay malestar con esas ideas, pero también plena conciencia de la imposibilidad de frenarlas.

Según manifiestan en la sede del Gobierno, no les queda más alternativa que aceptar los propósitos de los caciques peronistas. “Todo gobernador y/o intendente, por lógica, va a hacer todo lo que pueda para ganar. Si el presidente o gobernador te tira para arriba en imagen o votos, lo tenés. Pero hoy, cuando no se sabe quién es candidato y de qué manera…”, se resignó un colaborador del Presidente. “Cuando llegue el momento, le van a decir a Alberto: ‘Te traemos 17, 18 victorias, no es que nos estamos despegando’. Y todos los que puedan van a desdoblar”, se adelantó un funcionario.

El Presidente podría intentar convencerlos de lo contrario, por ejemplo, a través de una amenaza de recorte de la repartición de los fondos del tesoro, la herramienta por excelencia para disciplinar a las provincias. Pero en Balcarce 50 no ven al primer mandatario con intenciones y el ímpetu político suficiente para hacerlo, sobre todo después de los problemas que provocó en el interior la frustración del Presupuesto 2022.

“Por ahora no se está haciendo nada. Si no le corta los fondos a la provincia de Buenos Aires a pesar de que dos ministros de ese gobierno le pegan más que los macristas de la Ciudad, ¿qué podría hacer para someter a los gobernadores a atarse a la elección presidencial?”, se preguntó, retóricamente, uno de los armadores bonaerenses del Presidente, en referencia a los funcionarios locales más críticos, Sergio Berni y Andrés “Cuervo” Larroque, que responden a Kicillof y Máximo Kirchner .

Chubut por otro lado estaría mirando lo mismo de como desdoblar las elecciones para no quedar condicionados a las presidenciales 2023.