Desde regular la temperatura corporal hasta transportar nutrientes, este líquido es clave para prevenir riesgos en salud. Cómo la deshidratación puede ser un riesgo silencioso y claves para evitarla.

Con la llegada de las altas temperaturas, el calor impulsa a que el organismo requiera de un mayor consumo de agua, ya que necesita de este preciado líquido para regular la temperatura corporal, entre otras funciones esenciales.

Es que el agua es el mayor componente del cuerpo. Varía según la proporción de músculo y tejido adiposo, alcanzando cerca del 70% del peso corporal. Es de carácter funcional, y está continuamente en uso. No existe un depósito, por lo tanto las cantidades que se pierden deben reponerse. Y la sed es el primer síntoma de la deshidratación.

Con la sed, sobreviene ante un disbalance entre el ingreso y egreso de agua al organismo; la cual puede darse por disminución de la ingesta o aumento de las pérdidas de este líquido, por lo tanto las cantidades que se pierden deben reponerse inmediatamente. Lo cierto es que existen distintos grupos etarios, es decir distintas edades, donde se necesita prestar una mayor atención a esta condición.

¿Cuáles son los grupos de riesgo?

Hidratarse va más allá de la sed. Datos revelan que la deshidratación no es solo sentir la boca seca, puede ocasionar problemas serios a largo plazo 
Hidratarse va más allá de la sed. Datos revelan que la deshidratación no es solo sentir la boca seca, puede ocasionar problemas serios a largo plazo

Niños: su sentido de la sed aún no se ha desarrollado lo suficiente. Por eso, al no percibir esta sensación, son reacios a beber.

Adultos mayores: el mecanismo de regulación térmica se deteriora y disminuye la sensación de sed. Cuando el aporte de líquido es insuficiente, disminuye el volumen de orina que eliminan sus riñones. Esto provoca una acumulación de sustancias urinarias de desecho, lo que repercute en su salud. Todo ello hace que sean especialmente susceptibles frente a la deshidratación

Embarazo y lactancia: durante la gestación se necesita beber más de lo habitual; dos terceras partes del peso ganado al final del embarazo son agua. Su cuerpo está afectado de cambios hormonales que desequilibran la regulación térmica

¿Cuánto líquido debemos tomar?

Hidratación y ejercicios: aliados fundamentales para un cuerpo en movimiento
(Imagen Ilustrativa Infobae)Hidratación y ejercicios: aliados fundamentales para un cuerpo en movimiento.

En situaciones normales, sin grandes pérdidas (por ejemplo, por sudoración excesiva) necesitamos beber al menos dos litros de líquido diarios. Esta cantidad la conseguimos a través de variedad en los alimentos y las bebidas.

Las “fuentes de agua” son:

– Agua, agua con gas o soda

– Jugos Light, gaseosas Light, aguas saborizadas Light

– Infusiones sin azúcar, gelatina Light, caldos Light

– Las frutas, hortalizas, leche y yogur son los alimentos con mayor contenido acuoso.

Claves para una hidratación diaria correcta

La actividad física intensa incrementa la necesidad corporal de agua, convirtiendo la hidratación en un componente vital 
(Imagen Ilustrativa Infobae)La actividad física intensa incrementa la necesidad corporal de agua, convirtiendo la hidratación en un componente vital.

Más allá de tomar en consideración los grupos de riesgo y cuáles son las fuentes de agua que podemos utilizar, existen 4 puntos esenciales para una hidratación correcta:

1. No esperar a sentir sed para hidratarse

2. Tener siempre una botella de líquido a mano. Llevarla en la mochila o en la cartera y tenerla al alcance en el trabajo, en la facultad y en casa.

3. Beber antes, durante y después de realizar actividad física. De 500 a 600 ml de agua una hora antes del ejercicio y durante la actividad debemos reponer (de a pequeños sorbos) y después también es imprescindible ingerir para compensar las pérdidas.

4. Evitar bebidas alcohólicas: además de otras consecuencias para la salud, el alcohol aumenta la temperatura corporal y el riesgo de deshidratación.

Cuáles son los peligros de tener poco líquido en el cuerpo

Constituyendo la mayor parte de nuestro cuerpo, el agua juega un papel funcional esencial que, como no cuenta con un depósito de reserva, debe reponerse para evitar complicaciones
(Imagen Ilustrativa Infobae)Constituyendo la mayor parte de nuestro cuerpo, el agua juega un papel funcional esencial que, como no cuenta con un depósito de reserva, debe reponerse para evitar complicaciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

No quedan dudas que es esencial estar hidratado. Sin embargo, es importante advertir cuáles son las consecuencias para el organismo cuando el cuerpo tiene poco líquido. Es que esta situación no solo facilita que uno se pueda sentir flojo y decaído, sino que a largo plazo, aquellos que no se hidratan correctamente, tienen mucho sodio en la sangre.

Ante esta situación, estas personas se van a enfrentar con un riesgo más alto de presentar accidentes cerebrovasculares, hipertensión, insuficiencia cardíaca, y hasta más chances de desarrollar problemas renales.

Al hacer muchas actividades y más a medida que pasan los años se va deshidratando hasta llegar a ese 50%. Y pese a que está comprobado que el cuerpo puede tolerar muchas horas (y hasta días) sin comer, porque tiene depósitos (que es grasa que se convierte en depósito de calorías), no tiene las mismas reservas de agua; esto convierte a la hidratación en una cuestión de vida o muerte

Las señales de la sed son: boca seca, la piel se puede poner seca, mareos y desgano, uno está desinteresado en lo que está haciendo. Cómo sumar líquido a la vida diaria, un consejo puede ser: cuando se levanta a la mañana y va a lavarse los dientes, tómese un vaso grande de agua, y antes de acostarse, tómese otro vaso grande de agua. Y ahí ya tiene con eso cubierto medio litro antes de salir de su casa. Y si se mueve durante el día, tome otro vaso de agua.

Fuente:  Dr.Alberto CORMILLOT