Lo que ud. aprecia en la imagen que encabeza este articulo es prácticamente una ciudad en el mar. Pero no lo es. Son los botes pesqueros de distintas nacionalidades en la milla 201.

Todos los países tienen una milla 201 Y Argentina lo sufre esta marca el fin del mar propio y el inicio de las aguas internacionales, pero ninguna tan conflictiva como la de Argentina.

Nuestro sistema de seguimiento a embarcaciones hace que cuando estos “piratas“ por llamarlos de alguna manera entran dentro de la milla 200 direccion al continente o  lateral. Sean detectados ya que para poder pescar disminuyen su velocidad a 3 o 5 millas nauticas. Asi teniendo la confirmación de la depredacion de nuestro recurso.

La pota o calamar (Illex argentinus) es uno de los cefalópodos más abundantes en el Atlántico Sudoccidental. Y las mayores concentraciones se dan en la plataforma y el talud continental argentino. Nace pegado a la costa y va creciendo dentro de las aguas del país andino, pero a medida que madura se dirige a aguas profundas, abandona las 200 millas argentinas y se adentra en aguas internacionales. Allí lo espera la flota extranjera, que dispone de solo tres meses, que es lo que dura la zafra, para capturarlo, lo que le añade otro grado a la tensión.

Toda una cantidad de embarcaciones cuyas luces -que se emplean para atraer al calamar en horas nocturnas- son apreciables desde el espacio, como lo demuestran fotografías facilitadas por la NASA

       

                                          FOTO SATELITAL – NASA- Golfo San Jorge            

Argentina y los argentinos consideran suyo el calamar, por más que nade ya en aguas internacionales cuando cae en las redes de los arrastreros chinos, coreanos, gallegos y demas. Y más resquemor causa que muchos de esos barcos actúen con licencias de las islas Malvinas, que la UE considera como parte de su territorio a pesar de la disputa por su soberanía. Si a esos se suma la actuación de barcos asiáticos, algunos de dudosa operativa legal, la polémica está servida. «Hay una fuerte presión por parte de la opinión pública para que las autoridades actúen con contundencia para proteger los recursos».De ahí que sea «tan duro» negociar con Argentina se dice ya que armadores sobre todo asiáticos prefieren abandonar embarcaciones y tripulaciones como ya se ha visto, que pagar las multas correspondientes.

Recursos que se nos van a los argentinos